5 cosas que necesitas saber sobre La Tomatina 2019

1.- ¿Qué es La Tomatina?

¿Te gustaría liberar tensiones y combatir el estrés de una manera divertida? En la entrada de hoy te proponemos uno de los mejores planes para lograrlo: La Tomatina de Buñol. ¡Coge algo para apuntar y toma nota!

A poco más de 30 kilómetros de Valencia, tiene lugar la mayor batalla de comida del mundo. Se trata de una fiesta famosa a nivel internacional que convierte a este pueblo de la provincia de Valencia en uno de los destinos preferidos para los aficionados a los festejos populares.

Aunque las actividades se prologan a lo largo de la semana, la Tomatina siempre se celebra el último miércoles de agosto. Siguiendo la costumbre, las calles y gentes de Buñol se teñirán de rojo el próximo miércoles 28 de agosto de 2019 para albergar uno de los eventos más originales del año. A continuación, encontrarás algunos consejos para aprovechar al máximo esta curiosa festividad. Si lo prefieres, puedes leerlos también en inglés.

2.- ¿Cómo empezó la Tomatina?

La tradición de lanzar tomates maduros se remonta a 1945. Aunque no se sabe a ciencia cierta de dónde viene, las explicaciones populares son muchas. La más extendida cuenta que todo comenzó durante una celebración del desfile de gigantes y cabezudos, momento en el que algunos jóvenes empezaron una lucha espontánea para la que utilizaron lo que tenían más a mano: las frutas y verduras de un puesto cercano.

Tras varios intentos de prohibición por parte de las autoridades, la Tomatina volvió, esta vez para quedarse, a finales de los años 50.

3.- ¿Qué necesito para participar?

Para poder participar en una de las fiestas más singulares del mundo, vístete con tus peores galas y protege la vista, porque si el tomate se te mete dentro de los ojos, puede llegar a ser bastante molesto. Lo mejor es ponerse unas gafas de bucear y sumergirse en este auténtico río de pulpa sin ninguna otra preocupación que pasarlo bien.

Aunque esta hortaliza es buenísima para la piel y sirve incluso como mascarilla, las manchas de la ropa son casi imposibles de quitar, por lo que te recomendamos que lleves una camiseta y un pantalón viejo que no te de pena echar a perder.

No te preocupes por cómo lavarte después, pues al final de la fiesta, la brigada de limpieza pasa la manguera por las calles de Buñol y los participantes del pringoso evento aprovechan para quitarse los restos. También puedes usar las fuentes del pueblo o incluso darte un baño en las charcas del río.

4.- Normas y recomendaciones para la Tomatina

El pistoletazo de salida se da sobre de las 10 de la mañana con el llamado “Palo Jabón” o cucaña. El ritual consiste en embadurnar una vara con jabón para que resbale y colocar un jamón en la punta. En el momento que alguien consigue alcanzar el jamón trepando por el palo, suena un primer disparo y comienza la batalla.
No arrojes botellas ni ningún otro tipo de objetos que puedan provocar daños o resultar peligrosos. Solo se puede lanzar tomates.
Aplasta las hortalizas antes de lanzarlas para que no hagan daño a nadie.
Ten cuidado con los camiones que transportan la munición. Son los únicos vehículos que habrá por la zona.
Deja de tirar tomates tras el disparo de la segunda carcasa, el cual da por finalizado el lanzamiento.
Si quieres hacer fotos, llévate una cámara resistente al agua y a las caídas, o bien protégela con una funda.
Busca alojamiento con bastante antelación.
Intenta llegar pronto al pueblo: a las 7:00 am se cierran los accesos en coche al casco urbano y solo se puede entrar a pie. Lo mejor es aparcar a las afueras.
Obedece en todo momento las indicaciones del personal de seguridad.
Adquiere la entrada por adelantado en alguno de los puntos de venta oficiales.

5.- La Tomatina en otros lugares

Y como la diversión traspasa fronteras, hoy en día podemos encontrar réplicas de esta fiesta en países de todo el mundo (Argentina, Costa Rica, Colombia, Chile, China o Corea del Sur entre otros).

¡Por cierto! Si estás pensando que la Tomatina supone un gran desperdicio de comida, debes saber que los casi 120.000 kg que se usan no son aptos para el consumo humano. ¡Aquí sí que hay tomate!